En la actualidad el futbol ha vuelto recordarnos lo que es realmente es el hombre en todas sus dimensiones; los objetivos que debe alcanzar en cada encuentro, la sociabilidad que debe existir para que puedan hacerse realidad las metas trazadas, el liderazgo que siempre sobresale en un miembro del equipo, el famoso juego limpio, la disciplina y una serie de elementos que hacen que este juego sea una metáfora de nuestra vida. Surge espontáneamente la pregunta sobre el porqué de la fascinación que ejerce este juego. El pesimista contestará que es una repetición más de lo que ya se experimento en la antigua roma: pan y circo. Pero, incluso esto nos lleva a seguir preguntándonos a qué lleva a poner el juego junto al pan y a darle la misma importancia? Una respuesta posible es que el juego se presenta como una especie de regreso al hogar primero, al paraíso, como una escapatoria a lo cotidiano, que es a veces es esclavizante. Pero, desde la perspectiva de los niños es un entrenamiento para la vida. Al contemplarlo los hombres se identifica con ese juego, haciendo suyo ese espíritu de colaboración y de confrontación leal con los demás. Aunque claro, el dinero y los intereses mercantiles pueden echar a perder todo esto. La visión de un mundo que vibra con el juego debiera servirnos para algo más que para entretenernos, porque si fuéramos al fondo de la cuestión, el juego podría mostrarnos una nueva forma de entender la vida.
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